Hace tres años, el 24 de febrero de 2022, Vladimir Putin pensó que podía hacer suya Ucrania en un abrir y cerrar de ojos. Una guerra relámpago, una anexión fácil para sus fines neoimperialistas. Hoy, 24 de febrero de 2025, esa apuesta se ha perdido, Kiev ha resistido y Rusia dice estar dispuesta a negociar la paz trasel aviso del presidente Trump: “O paz ahora o graves consecuencias”.
Comodijo Giovanbattista Fazzolari, subsecretario de la Presidencia del Consejo, “la invasión relámpago imaginada por Putin se ha convertido en una guerra que dura ya tres años y está poniendo a Rusia a prueba. Es la prueba de que la libertad, cuando un pueblo la defiende con uñas y dientes, puede doblegar incluso al Kremlin.
Los ucranianos no son simples soldados enviados al matadero, como quiere describirlos la dezinformatsiya: son verdaderos patriotas. Conocen la opresión soviética en la piel, saben lo que significa perderlo todo. Y en lugar de rendirse, detuvieron al que muchos consideraban el segundo ejército más poderoso del mundo. Es una lección de corazón y voluntad: un pueblo que ama a su país no se doblega, ni siquiera ante los tanques. Han hecho fracasar los objetivos de un autócrata, también gracias al apoyo de Occidente, un compromiso del que debemos sentirnos orgullosos.
Porque sí, Italia y Europa están en primera línea con Kiev. Armas, ayuda, solidaridad: el gobierno de Meloni nunca ha vacilado, a pesar de los pacifistas de salón que nos quieren hacer creer que la paz se consigue agachando la cabeza. Pero la paz no es rendición, y los ucranianos lo demuestran cada día. Luchan no sólo por sí mismos, sino por una idea de libertad que nos concierne a todos. Si gana Putin, si prevalece la ley de la selva, ¿qué nación europea estaría a salvo? Esta guerra no es una cuestión lejana: es nuestra frontera, nuestro futuro.
No es sólo resistencia militar: es orgullo, es identidad. Y nosotros, como patriotas italianos, no podemos sino mirarlos con respeto y determinación.
Giorgia Meloni lo confirma: su apoyo a Ucrania es la prueba de una Italia que no traiciona a sus aliados, que sabe que la soberanía es un valor no negociable. Es una lucha que nos afecta profundamente, que nos recuerda que la libertad es cara.
Nosotros, los de La Voz del Patriota, estamos con Kiev, inequívocamente. Tres años de lucha no son sólo un aniversario: son un ejemplo vivo para toda Europa. Los ucranianos nos muestran el camino: defender la patria, siempre y a toda costa. Y no podemos hacer menos.